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Dolor de oídos en niños: causas y soluciones

El dolor de oídos es una de las molestias más comunes en la infancia. Puede manifestarse de diversas formas y tener diferentes causas. En este artículo, te explicaremos las razones más frecuentes de este problema y las opciones de tratamiento disponibles.

¿Por qué los niños son más propensos a tener dolor de oídos?

Los niños son más susceptibles a las infecciones del oído debido a la forma y tamaño de sus trompas de Eustaquio, los conductos que conectan el oído medio con la parte posterior de la nariz. Estas trompas son más cortas y horizontales en los niños, lo que facilita que los virus y bacterias lleguen al oído medio y causen infecciones.

Causas comunes del dolor de oídos en niños

  • Otitis media: Es la inflamación del oído medio, generalmente causada por una infección bacteriana o viral.
  • Otitis externa: También conocida como «oído de nadador», es una infección del conducto auditivo externo.
  • Cuerpos extraños: Los niños pueden introducir objetos pequeños en el oído, lo que provoca dolor e inflamación.
  • Alergias: Las alergias pueden causar inflamación en los oídos y provocar dolor.
  • Dientes que están saliendo: A veces, el dolor de oídos puede estar relacionado con la erupción de los dientes.

Síntomas del dolor de oídos en niños

Además del dolor, los niños con dolor de oídos pueden presentar los siguientes síntomas:

  • Fiebre
  • Irritabilidad
  • Dificultad para dormir
  • Pérdida del apetito
  • Tirones de la oreja
  • Secreción de líquido por el oído

¿Cuándo consultar al médico?

Si tu hijo presenta dolor de oídos, es importante que lo lleves al médico para que pueda diagnosticar la causa y recomendar el tratamiento adecuado. El Dr. Blas Sánchez Reyes, especialista en otorrinolaringología pediátrica, cuenta con la experiencia necesaria para tratar este tipo de afecciones en niños.

Tratamiento del dolor de oídos

El tratamiento del dolor de oídos dependerá de la causa subyacente. En algunos casos, puede ser necesario el uso de antibióticos, analgésicos o gotas para los oídos. En otros casos, puede ser necesaria una cirugía.