La tos es un reflejo que ayuda a proteger los pulmones de los irritantes y las sustancias extrañas. Cuando toses, los músculos de tu pecho y abdomen se contraen rápidamente, lo que expulsa el aire de tus pulmones a una presión alta. Esto ayuda a expulsar los irritantes de las vías respiratorias, como el polvo, el humo o la mucosidad.
La tos puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo:
- Infecciones respiratorias, como la gripe o el resfriado común
- Alergias
- Asma
- Secreciones en las vías respiratorias, como la mucosidad o el moco
- Irritantes, como el humo del tabaco o el polvo
- Lesiones en la garganta o la tráquea
En la mayoría de los casos, la tos es un síntoma temporal que desaparece por sí sola en unos días o semanas. Sin embargo, si la tos es persistente o grave, es importante consultar a un médico para descartar cualquier afección subyacente.
Hay una serie de cosas que puedes hacer para aliviar la tos, incluyendo:
- Beber muchos líquidos
- Usar un humidificador
- Evitar los irritantes, como el humo del tabaco o el polvo
- Tomar medicamentos de venta libre, como la codeína o el dextrometorfano
- Realizar ejercicios de respiración profunda
Si la tos es causada por una infección respiratoria, tu médico puede recetarte antibióticos. Si la tos es causada por alergias, tu médico puede recetarte medicamentos antialérgicos.
En general, la tos es un síntoma que se puede tratar en casa. Sin embargo, si la tos es persistente o grave, es importante consultar a un médico para descartar cualquier afección subyacente.
Consejos para prevenir la tos
Hay una serie de cosas que puedes hacer para prevenir la tos, incluyendo:
- Lavarse las manos con frecuencia
- Evitar el contacto con personas enfermas
- Vacunarse contra la gripe y el neumococo
- Mantener un ambiente limpio y libre de polvo y humo
- Reducir el estrés